Existe una princesa de los sueños y el recuerdo que corre libre por la imaginación de todos aquellos que queremos verla, disfruta saltando por los prados, playas y matos de la arena, juega con los animalitos que se encuentra y, siempre pendiente de todo lo que ocurre alrededor suya, no duda en volver al ser requerida.
Eso sí, hay algo que la pierde con locura, un trocito que queso. a menudo creo que tenga algo de ratón, quizas por esas orejotas, quizas por el continuo olfatear, ¿o será su pelo de color grisaceo?
Lo cierto es que, dotada de un caracter casi humano debido al mucho tiempo que pasa con ellos, moldea tu comportamiento y lo hace más humano, y a la vez, misteriosamente, lo hace algo más perruno, más instantaneo, impulsivo e imprevisible, como sus ladridos.
Es en la fuerza de su juego donde yo más aprendo, donde me invita a divertirme y, sobre todo a disfrutar de la naturaleza, de los días de sol, y de la vuelta a casa totalmente empapados los días de lluvia, ahí,una vez secos, trata de enseñarme a doblar las toallas y los calcetines.
¡Algún día volveremos a correr juntos, vieja amiga!
Hasta entonces, cuidaté mucho y guardanos unos trocitos de queso.
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