miércoles, 1 de diciembre de 2010

MI HERMANA Y YO


-¡¡Vayamos a coger setas!!-gritó mi hermana mayor.
yo, necesitado de aventuras la volví a seguir una vez más.Confiado al principio, me fui extrañando al ver que no íbamos hacia el pinar cercano a nuestro pueblo.
-¿donde vamos? ¡de nuevo me estás engañando!-la dije mientras nos acercábamos a la cima de una loma cercana, pero ella no escuchaba. Caminaba cada vez más deprisa, sin oír mis quejas. Al llegar a lo más alto, mi hermana miró hacia arriba y me sonrió, yo no podía creer lo que estaba viendo, una autentica lluvia de zetas de todos los tipos, formas y colores caía del cielo, había mayúsculas, minúsculas, góticas, de imprenta.... Zetas que se deshacían al tocar el suelo como los primeros copos de una nevada.
Mi hermana bajó corriendo ladera abajo y gritándome -¡vamos, cógelas antes de que lleguen al suelo!
aun extrañado la hice caso y me puse a coger todas las zetas que pude.
Esa noche nos pusimos a rellenar varios cuadernos con palabras que llevaban nuestras zetas, zapato, zancos, zumbido, zumo, azucar,taza, pazo, zzzzzz.....y nos quedamos dormidos.
Al día siguiente, en el cole, la profesora nos explicó que el pueblo donde vivíamos esta situado en la provincia de Sevilla, y que como la gente allí cambia al hablar la zeta y la ce por la ese, en las nubes se concentran todas las ces y las zetas que nadie dice, y cuando las nubes están muy cargadas de letras, las van dejando caer poquito a poco para que la gente no se olvide de ellas.
Y colorado colorín, con la zeta el abecedario tiene fin...


Para alicia y javi, mis sobrinos

jueves, 15 de abril de 2010

abril

....¡toallas arriba!
es un día horroroso

pero me gusta abril

me gusta que llueva,
y que se moje el campo y que el agua corra por la calle y vuelva al mar,
que se cuele por mi casa y no me pida permiso
porque me gusta la imprevisión
aunque a veces me asusta.
Se que ya no te tengo cerca
que los sentimientos se hablan y se escriben y se acarician y se dejan tocar, y cuando se esconden....tambien provocan

pero me gusta abril

que las tormentas van y vienen
y la comida está fría

pero me gusta abril

que el frenesí es un momento y el amor debe durar
que los recuerdos viven en el tomillo y ya no se lo pongo a las comidas
porque ahora mismo y sobre todas las cosas

me gusta tu abril

lunes, 22 de marzo de 2010

CRÍSPULO EL BAILONGO


baila, baila, y no se cansa de bailar. Le flipan los escenarios y se pasea por ellos como si fueran el salón de la casa de sus padres. Baila swing, jazz, tecno, todo lo que le pongan, aunque lo que más le gusta es el rock clásico.
Está descubriendo cosas nuevas, y aprende muy rápido, ha descubierto que con un movimiento rápido y enérgico de su mano puede hacer sentar a un perro más grande que el, y ahora está empeñado en montarlo a caballo como si del mismo lucky luke se tratase...
¡¡CRÍSPULO, ESTÁS COMO UNA CABRA!!

miércoles, 10 de marzo de 2010

los hombres pulpo



El pueblo de los hombres pulpo existe, yo lo conozco, la gente dice que son antiguas historias de costeros, pero yo lo conozco, lo visité en una ocasión... todavía me recorre el cuerpo un escalofrío seco como un latigazo cuando lo recuerdo.
Este pueblo se encuentra en el norte de la isla atlántica más oriental del archipiélago de las canarias, en una zona costera de acantilados y riscos, mas allá, solo los islotes fantasmas que antes llamaban San Borondon, difícilmente visibles en la noche salvo por las hogueras que hacen los fareros para que los intrépidos navíos que se atrevan a cruzar estas aguas, no encallen en sus bajas.
La mar es tranquila por aquí, amiga de navegantes, quizás mas segura que la tierra firme, donde solo el viento y el batir incansable de las olas rompen el silencio de la noche fría y húmeda del invierno.
Recuerdo que había niebla cerrada, la noche se me había echado encima y necesitaba descansar, a lo lejos, unas lucecitas en la costa me hicieron acercarme para pedir hospedaje a quien me lo brindase, no estaba en condiciones de poder elegir, puesto que llevaba todo el día caminando, y tan solo pensaba en sacudirme la maldita humedad que calaba mi cuerpo, por lo que apreté el paso y toqué en la primera puerta con luz que encontré. Nadie contestó a mi llamada, volví a intentarlo mientras miraba por una ventana al lado de la puerta, una sencilla mesa de madera con un par de sillas y un farolillo encendido era todo el mobiliario, pero allí no parecía haber nadie. Atravesé un estrecho callejón con escalones y me dirigí a otra casa, donde tampoco conseguí que me abriesen, y mis ropas estaban ya completamente empapadas, lo intenté en otra, y otra más,en todas cuantas vi con luz, sin resultado alguno, -no se fían de los forasteros- pensé
Cansado,seguí vagando por el pueblo buscando algún rincón o alguna barquita virada donde meterme, más no hallé barca ninguna en tierra. Desanimado, paré por un instante, ya no oía mis pasos, solo el ruido sordo de las olas me acompañaba en la casi total oscuridad de las callejuelas. El olor a mar cada vez se iba haciendo más insoportable, y mi cuerpo empapado tiritaba de frío. Me pareció ver una silueta que caminaba con dificultad unos metros por delante de mí, me dirigí hacia el -¡eh, oiga, espere!-pero desapareció. De pronto, un ruido de pasos me hizo volver la cabeza, otra figura torpe y siniestra se dirigía hacia la orilla, corrí hacia ella, pero la niebla era muy densa y no pude siquiera verla con claridad, solo pude oír un chapoteo en el agua, y después, el mar incansable.
Volvía hacia las luces del pueblo algo contrariado, una puerta un poco más allá se cerró de golpe, me dirigí hacia allí para salir al paso de quien quiera que fuese,y antes de que pudiese llegar, se abrió otra cerca de mí, y luego otras dos, y de repente las torpes siluetas comenzaron a mostrarse más nítidas. En ese momento, noté un golpe fuerte en la espalda que me tiró al suelo, y aunque no acerté a ver de donde provenía, si percibí dos figuras que venían hacia mí moviéndose con dificultad, como si caminasen sobre tentáculos.Mi nerviosismo iba en aumento según se acercaban. Como pude, rodando me eché a un lado, y vi unos grandes ojos en una cabeza redonda y viscosa iluminados por la poca luz que llegaba desde las ventanas. Permanecí inmóvil, creo que por unos instantes hasta mi corazón dejo de latir.
Uno de los tentáculos que iba rastreando la arena llegó a tocarme, lo que hizo que la criatura se detuviese, el tentáculo se enroscó en mi pierna presionando firmemente,traté de soltarlo, pero la fuerza de aquel brazo viscoso era superior, y comenzaba a sentir el estrangulamiento en mi pierna. Levanté la vista hacia arriba y me encontré con sus mirada inerte y sus afiladas cuchillas en la boca. Fueron segundos eternos, pero al momento, no se por que razón, aflojó la fuerza sobre mi pierna,y se dirigió a la orilla como todos los demás.
El ruido de los chapoteos se extendió por la bahía durante unos instantes y luego cesó, volviéndose a oír el bramido rutinario del mar -¿quien demonios eran esas criaturas que volvían al mar?
Me mantuve esperando cerca del lugar hasta que las primeras luces del día aparecieron y pude recuperar mi camino.Cuando me marché, ninguna criatura había salido del agua, y los farolillos de las casas apenas humeaban ya, -habrá sido una alucinación- me dije.

Unos años más tarde, oí un cuento senegalés que habla de los hombres de ocho patas que con la marea de la noche se vuelven a comer al mar.

Y es que , los cuentos, algunas veces no son lo que parecen


lunes, 8 de marzo de 2010

lunes

bip bip bip...bip bip bip... sonó el despertador, como cada lunes. La misma cara de sueño, el mismo ritual del café, las mismas prisas....
Lo único que hace diferente a este día es el optimismo que me genera, la fuerza que me induce a pensar que todo va a ser posible. Luce un sol espléndido que me invita a salir a la calle, pletórico,
exhultante, positivo -¡hoy si, esta será mi semana! ¿objetivos?...cientos ¿planes?...unos cuantos.
Ya en la calle me paro en un semáforo, al otro lado hay personas que esperan cruzar. Igual que yo, manejan su cara con una sonrisa de oreja a oreja, se les nota que también esperan mucho de este lunes primaveral.

Mientras espero a que aparezca el
hombrecito verde del semáforo, observo algo parecido a una nube naranja de polvo cargada de ideas que viene llevándose todos los planes semanales de la gente que encuentra en su camino. Todo el mundo corre, huye despavorido, se tropiezan...¡socorro!...¡ayudenme!!
En un momento, desde el refugio en una tienda cercana, contemplo toda la calle teñida de palabras rotas, pequeños anhelos y un polvo naranja
finísimo que se introduce por todas las rendijas.
Tengo la sensación de ha sido un tiempo muy largo, sin embargo, no han bastado más de treinta segundos para crear un caos total que conforme se va disipando el polvillo naranja, va dejando entrever, un rastro de letras, medias palabras, y caras angustiosas de miedo
en la gente que no ha podido refugiarse a tiempo. Nos miramos con cara de perplejidad unos a otros, de repente alguien grita -¡mirad, han desaparecido! ¡no está, se lo ha llevado!- A duras penas, nos acercamos algunos hasta allí, y comprobamos con asombro ante un calendario que no hay lunes en el .-¡¡han desaparecido todos los lunes del calendario!!-
Al principio había una ligera sensación de alivio, puesto que no era nada contagioso ni mortífero, pero conforme fueron pasando las horas y hemos ido volviendo a nuestros quehaceres, nos hemos encontrando cada vez más y más cansados, como si de un viernes o un sábado se tratase.
Han aparecido profetas que amenazan con el fin del mundo, vendedores de complejos vitamínicos, políticos variopintos que profetizan con la reducción de la semana laboral... todo es susceptible de venderse para paliar las consecuencias de las cansadas semanas sin lunes que nos han convertido en zombies durante los seis días restantes.

Pasan ya unos meses desde que ocurrió esto, y han sido incontables las bajas por
estres y otras enfermedades como el insomnio sin que nadie encuentre un posible remedio a tan grande desaguisado, pero hoy, no se sabe por que razón, una niña ha pedido ser escuchada por radio y televisión, dijo que tenía un posible remedio para todo esto. Tras mediar su profesora para que la escuchen, no sin mucho esfuerzo, puesto que a los mayores no les gusta que los niños tengan soluciones a sus problemas, la han concedido unos segundos en televisión en los que la niña ha dicho:
-...bueno, creo que si repartimos nuestros deseos entre todos los días de la semana, el lunes no se sentirá tan agotado, y podrá volver a los calendarios, por que no es el el que tiene que concedernos los deseos, somos nosotros quienes tenemos que hacer que se cumplan con nuestro empeño al hacer las cosas...


Y así es como la gente ha aprendido a repartir sus expectativas entre todos los días de la semana, y el lunes ha podido volver al calendario.

dedicado a virginia y a nervio, que anda pachuchillo

miércoles, 3 de marzo de 2010

ALGO DE LIBROS

A María, estudiante de antropología, la encantaba leer, imaginaba situaciones de pasíon con los autores que escribían los libros que caían en sus manos. Cambiaba de amante como cambiaba de libro y sus fantasías iban de lo romántico a lo salvaje, de lo extravagante a lo anodino, aunque nunca duraban mas de dos o tres días, una semana como máximo, lo que le procuraba una imaginaria vida sexual bastante variada. No le faltaban amantes de verdad, pero ella, fiel creyente de las casualidades, no terminaba de encontrar alguno a su medida.
Ya eran varios días los que llevaba entregada a su nueva pasión, un libro de un autor poco conocido que siempre llevaba en su bolso a todos lados, -por que somos como somos- era el título en cuestión, todo un tratado del funcionamiento neuronal y fisico en las personas, motivo por el que María había forjado un lazo más fuerte hacia este autor que hacia los demás, y deseaba a toda costa tener un encuentro físico con el, por lo que en el camino de vuelta a casa desde la facultad, en el vagón del tren de cercanías que la transportaba, se dedicó a mirar por la ventana mientras buscaba alguna manera de poder verle.
Distrajo su atención un pasajero que se sentó enfrente de ella, y le observó con detenimiento, su vista fue bajando hasta llegar a las manos de el, que estabán sacando un libro de una mochila. El tamaño del objeto le pareció conocido, lo que hizo que fijase un poco más su atención. Sintió una simpatía momentanea cuando reconocío la portada y el título -¡vaya, que casualidad! es el mismo libro que estoy leyendo yo- pensó, y siguió observando, como las manos de aquel pasajero acariciaban las páginas de el libro, lo que la hizo cerrar los ojos e imaginarse junto a su escritor en un sillón, mientras este, le leía sus páginas preferidas. Solo que esta vez, a diferencia de las anteriores, no podía ver en su sueño la cara de su amado. Por más que lo intentaba, el rostro que aparecía era el de su compañero de viaje, lo que la inquitaba bastante.
Estaba tan sumida en sus pensamientos que apenas oyó el nombre de su localidad por la megafonía del tren, por lo que, abrió los ojos y se dispuso a levantarse, pero se topó con la sonrisa cómplice de su vecino de enfrente. Trató de devolvérsela con algo de timidez, pero se rehízo, y antes de que el dijese alguna palabra, sacó el libro y un bolígrafo que guardaba en su bolso y, abriéndolo por la primera página se lo acercó al hombre diciéndole; -¡espero que le guste el libro tanto como a mí! ¿le importaría firmarmelo?.

Recogió su libro firmado y se fue hacia la puerta del vagón del tren de cercanías que se acababa de detener en su estación.

lunes, 1 de marzo de 2010

NILO

Nilo corre como le habían dicho, se imagina en una carrera del colegio y recuerda las palabras de su padre
-¡Nilo, debes correr siempre por el medio de la pista, así nunca podrán echarte fuera!
Nota que ha perdido una zapatilla, pero no se parará, no quiere mirar atrás, sabe que el final está cerca, tan solo un par de obstáculos más y habrá llegado. Es su calle, la conoce por que juega allí todos los días, aunque hoy está tan cambiada...
A unos pocos metros ve la esquina donde se juntan sus amigos, y al lado, la escalera de incendios del edificio donde intentaban colarse para jugar.
En un salto se sube a ella, el agua ya le empapaba los pies, si llega al cuarto piso estará salvado.

Al día siguiente en los noticieros de todo el mundo la portada la ocupará el tsunami que se producirá en CHile.