miércoles, 13 de julio de 2011

LA ÚLTIMA PICOTA


La última picota se hallaba confinada en una urna de cristal del Museo de Londres. Su especie fue condenada a la extinción por el intento de atragantamiento de una influyente autoridad. Las guindas, mucho más inofensivas, ocupan ahora su lugar.


Un buen día, unas manos infantiles curiosas abrieron la urna y cogieron la fruta, pero la alarma sonó, y con la confusión la cereza cayó al suelo y empezó a rodar, y rodando llegó hasta la calle. Allí, perseguida y angustiada se camufló en una roja cabina de teléfonos donde se deshizo del rabillo que la estorbaba. Cuando se hizo la noche, siguió rodando,  hasta que dio con un mercado y allí, camuflada como tomate cherry, cruzó a Francia, donde fue acogida por unos rabanitos en una cajilla cuyo destino era el norte de Extremadura. Tras varias horas de viaje, el olor a tierra húmeda le descubrió un profundo y verde valle desde el camión.
-¡Era su momento, ahora o nunca!-
Así que saltó con todas sus fuerzas y rodó ladera abajo hasta un huequecito en la tierra. Una vez dentro supo que había llegado a su destino, se acurrucó y esperó a que la lluvia y el calor hicieran su trabajo, y con el paso de los años, un joven pero fuerte cerezo vuelve a pintar la primavera de flores blancas. 

domingo, 5 de junio de 2011

HORIZONTE

Mire a donde mire allí te veo, como una prolongación de mi vista que no me permite
 ver el detalle

 Cercano, siempre cambiante, unas veces plano y lineal, otras, las más, perspectivo, conduciéndome hacia no se bien que punto lejano que se renueva con cada mirada y va grabándose en mi memoria.

Horizontal horizontalidad que me descubre un mar de nubes caprichosas ante mis ojos, ahora ya no hay puntos de fuga ni lineas que buscar, desaparecen los referentes y los objetivos se engrandecen, emergen llenando el espacio y se mezclan con el aire, casi diluyéndose para impregnarlo todo de un aire adormecedor que acaba envolviendo mi sueño momentáneo

miércoles, 25 de mayo de 2011

RELACIÓN

Una mañana

de repente y sin previo aviso

tu cara me sonrie
desde los muros
de la calle

Ahora entiendo
tus promesas incumplidas 


 Te enviaré
un sobre vacío

sábado, 23 de abril de 2011

Erase una vez en Hyde Park

‎-¿crees que puedo estar aquí todo el día? ¡saca ya la foto,soy una ardilla muy ocupada, y tengo muchas nueces que partir...!
-¡de acuerdo!- la dije sacando una una dentadura postiza de un bolsillo de la chaqueta que acababa de recoger de entre las pertenencias de un tío abuelo mío que acababa de fallecer. Y acercando la mano se la dí
-¡por todos los caracoles de Covent Garden
, ahora si me podré comer las nueces con cáscara...!- y dicho esto,  se puso la dentadura en la boca y comenzó a engullir nueces y avellanas, y bocadillos de los paseantes...
y luego pasó a comerse papeleras, zapatillas, pelotas..., y hasta un guardia urbano y un cartero que pasaban por allí...
Y tuvieron que darle un paquete entero de "aerored" para se aliviase porque se estaba hinchando tanto que ya se elevaba del suelo como un globo. Y cuando empezó a hacer efecto el aerored hubo que desalojar el parque por bombardeos pesados de OTSI (objetos todavia sin identificar).

Así, entre gas y gas, los curiosos que allí se habían agrupado la vieron alejándose hasta hacerse un puntito diminuto en el cielo.
Y a dia de hoy todavía sale alguna noticia en internet de bombardeos de OTSI en los parques de indonesia...

martes, 5 de abril de 2011

BOLA

   Existe una princesa de los sueños y el recuerdo que corre libre por la imaginación de todos aquellos que queremos verla, disfruta saltando por los prados, playas y matos de la arena, juega con los animalitos que se encuentra y, siempre pendiente de todo lo que ocurre alrededor suya, no duda en volver al ser requerida.
   Eso sí, hay algo que la pierde con locura, un trocito que queso. a menudo creo que tenga algo de ratón, quizas por esas orejotas, quizas por el continuo olfatear, ¿o será su pelo de color grisaceo?
  Lo cierto es que, dotada de un caracter casi humano debido al mucho tiempo que pasa con ellos, moldea tu comportamiento y lo hace más humano, y a la vez, misteriosamente, lo hace algo más perruno, más instantaneo, impulsivo e imprevisible, como sus ladridos.
   Es en la fuerza de su juego donde yo más aprendo, donde me invita a divertirme y, sobre todo a disfrutar de la naturaleza, de los días de sol, y de la vuelta a casa totalmente empapados los días de lluvia, ahí,una vez secos, trata de enseñarme a doblar las toallas y los calcetines.


  ¡Algún día volveremos a correr juntos, vieja amiga!
  Hasta entonces, cuidaté mucho y guardanos unos trocitos de queso.

viernes, 4 de marzo de 2011

GEOGRAFÍA MENTAL


Pensemos en un cuento, deshagamoslo como si de un ramillete de hierbas se tratase, metamoslo en un bol, y con un tenedor procedamos a batirlo; clink, clink, clink...batimos y batimos y batimos un poco más....levantando el tenedor -¡ahh magia de las palabras!!- Vemos que se ha convertido en una pasta densa,ni muy agüada, porque seria una historia sin fundamento, ni muy espesa, porque nos aburriría a los cinco minutos -Y probamos¡¡mmm!!-

Era una vez un rey aburrido y desobediente que tenía una hija muy disciplinada...
Probamos un poco más: -¡mmm me gusta!- vivían en un castillo sin ventanas que custodiaba un enanito obediente con una laaaarga barba blanca que daba consejos a la hija del rey, la princesa tiesa.

-¡Sigamos que esto está riquísimo!!: fuera del castillo, en un descampado poblado de basura y roedores habitaba un príncipe indeciso cuya mayor afición era la pesca de botes de conserva con una caña de cerveza,y cuya única obligación era cuidar una perrera donde se guardaban todos los lobos de los cuentos, negros, grises, rojos, viejos y menos viejos, lobatos novatos y lobeznos de los avernos.

Nuestro aburrido rey vagaba por el castillo ideando como atarle la larga barba al enanito consejero al menor descuido de este, produciendole continuos traspiés y tropiezos que le dejaban la nariz como una berenjena.

Un buen día, la princesa tiesa, harta de ver a su consejero dolorido, llamó a su padre y le dijo:

-¡papá, no puedes seguir haciendo estas travesuras a mi consejero!¡y puesto que ya te he advertido varias veces y no haces caso, te destierro al descampado de aquí al lado!-

Y dicho esto, el enano consejero y la princesa tiesa abrieron el enorme portón del castillo ante la mirada asombrada del rey, y con el dedo índice señalando hacia el descampado, le obligaron a salir del castillo. Este, no se lo pensó dos veces y dijo:

-¡Bueno, mejor me voy, por que aquí ya me empezaba a aburrir!

Y se fue al descampado de al lado.

Pasaron las horas y llegó la noche, y lo que era curiosidad empezó a convertirse en miedo, y lo que eran arbustos con flores, ahora eran siluetas amenazantes entre las que iban apareciendo ojos acechantes que lo observaban, y a los que gritaba: -¿por qué me miráis así? ¿No veis que soy vuestro rey?

Pero los ojos seguían allí,y a cada momento que pasaba, se hacían más grandes y más cercanos.

Nuestro rey empezó a sentir una sensación extraña que nunca antes había padecido, sentía que la piel se le contraía pero no tenía frío, sentía que la garganta se le secaba pero no tenía sed, y que quería gritar pero no podía... y fue en ese mismo momento que oyó una voz a lo lejos que iba diciendo:
-hombre, pescar, pescar, lo que se dice pescar… todos los días acabo con una cogorza de no te menees, por que cañita va cañita viene…
-¡eh tú!- dijo el rey
-¿qui…Quién anda ahí?- contestó la voz
-Te habla tu soberbio soberano!! ¿Son tuyos estos ojos que me atemorizan?
-¡eeh, no se señor, yo solo les doy de comer!-
dijo el príncipe.
-¡te ordeno que les digas que dejen de mirarme como si fuera un chuletón!- dijo el rey
-peroo, no se si me obedecerán…
-¡si no dejan de mirarme así haré que te azoten y te echen de comida a las lagartijas!-
ordenó el rey.
Rapidamente el príncipe bajó la mirada hacia el suelo, pero al momento se dió cuenta de que no eran sus ojos los que atemorizaban al rey, por que se tropezó con uno de los lobos de los cuentos, entonces el príncipe comenzó a dudar si debería decirle o no al rey quien le estaba mirando, y siguió dudando, y dudó un rato más... y fue entonces que como el rey no oía nada le dijo:
-haz lo que te digo y te colmaré de riquezas, te haré señor de mi castillo y pondré a mi enano consejero a tu disposición- dijo el rey
-ya pero majestad, si yo no sirvo para gobernar- dijo el príncipe
-te casarás con mi hija- replico el rey
-ah, bueno, pero…. Yo quiero casarme?- dijo para si el príncipe
-¡¡te daré lo que me pidas!! ¡¡Pero sálvame de estos ojos!!

Mientras tanto, los lobos tenían totalmente cercado al rey, quien ya notaba el voraz aliento en todo su cuerpo y empezaba a sentir que le menguaban las carnes.
Toda su real altivez se había quedado reducida a una corona mal puesta en su cabeza.
Fue entonces, después volver a dudar unos instantes que casi parecieron horas, que dijo el príncipe:
-¡perritos, sit,sit!
Y todos los lobos se echaron al suelo como si les hubiesen tirado con una cuerda de sus costillas, dejando al rey asombrado ante lo que estaba ocurriendo en sus narices.
-por todos los tronos de la tabla redonda!¿como has conseguido esto chaval?
-No se, yo... les doy de comer y les hablo. La verdad, es que es la primera vez que me hacen caso-dijo el príncipe.
-¡¡Estos animales son fantabulosos!! Seguro que a mi también me obedecerían. Pero… pide, pide por esa boca, que yo soy un rey de real palabra…- ordenó el rey.
-la verdad es que yo soy feliz con lo que tengo,y esto de cuidar de los lobos me aburre un poco,¿ por que no los guardamos en tu castillo y tu te encargas de darles de comer?
-La verdad es que no me parece mala idea, pero mejor esperemos a mañana y lo hablaremos con calma. ¿Tienes algún palacio digno de un rey para pasar la noche?- terció el avispado monarca.
-ehh...bueno, tengo una chozita no muy lejos...-contestó el príncipe.
-¡no se hable más!¡pongámonos en camino que debo descansar!- replicó el rey con rapidez.

Y mientras iban camino de la cabaña del principe, el rey trató de convencerle para que le permitiese todas sus comodidades, puesto que el era de sangre azul, y como tal tenía preferencias sobre los demás, pero tan solo pudo conseguir del príncipe que se jugarían la cama al ajedrez. Y así lo hicieron, se pasaron toda la noche jugando al ajedrez, bueno, en realidad no empezaron la partida por que el príncipe no supo decidirse por ninguno de los dos colores. Y así discutiendo les sorprendió el día, y el rey, aburrido de las dudas del príncipe tuvo sueño, y decidió volver a su castillo, pero eso si, con una manada de lobos a su lado, a los que había prometido comer solomillo y entrecot día si, día también. Los lobos se fueron de buena gana puesto que ya estaban aburridos de la dieta a base de caracoles y acelgas a la que les tenía sometidos el príncipe, ya que era lo único que sabía cazar este.
Cuando llegó al castillo no le hizo falta llamar a su hija, ya que el portón estaba abierto, entró con el paso acelerado para contar su experiencia, pero no halló a nadie por ningún lado, tan solo una nota en la real mesa de la cocina que decía:

Tras reunirme varias veces con mis consejeros -o sea, mi enano consejero- he decidido que nuestro reino debe establecer relaciones comerciales fuertes con otros reinos, y por ello, tras muchas deliberaciones, he decidido montar una red de horchaterías en Londres, para ello, me voy para allá con mi consejo al completo, o sea, mi enano consejero.

PD: no me esperes levantado

Reales besos de tu hija

Después de leer todo esto, al rey se le empezaron a ocurrir montones de reformas en el castillo para su nueva vida, redecoró las habitaciones, puso canal plus en el castillo, calefacción central, y cuantas comodidades se le ocurrieron para el y sus lobos.

El príncipe, dudó a que dedicarse, y mientras lo hacía, se tiró en la hierba a rascarse el ombligo, y dicen que todavía allí sigue.
Cuenta a quien pasa por allí que así como está, tumbado boca arriba, de cuando en cuando ve pasar algún bando de perdices, pero que no le dan ganas de comerlas, que prefiere seguir comiendo acelgas y caracoles

jueves, 10 de febrero de 2011

BREVE COMUNICADO


Ulises, atraído por los cantos de sirenas, llegó hasta una comisaría, donde fue detenido por trafico de personas y carencia de documentos. Desde entonces, trata de hallar la salida del laberinto de barrotes en el que fue confinado.
Del minotauro no se sabe nada desde que terminó su condena. Algunos afirman haberlo visto dando clases de tauromaquia a aspirantes a toreros.


la imagen
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