sábado, 23 de abril de 2011

Erase una vez en Hyde Park

‎-¿crees que puedo estar aquí todo el día? ¡saca ya la foto,soy una ardilla muy ocupada, y tengo muchas nueces que partir...!
-¡de acuerdo!- la dije sacando una una dentadura postiza de un bolsillo de la chaqueta que acababa de recoger de entre las pertenencias de un tío abuelo mío que acababa de fallecer. Y acercando la mano se la dí
-¡por todos los caracoles de Covent Garden
, ahora si me podré comer las nueces con cáscara...!- y dicho esto,  se puso la dentadura en la boca y comenzó a engullir nueces y avellanas, y bocadillos de los paseantes...
y luego pasó a comerse papeleras, zapatillas, pelotas..., y hasta un guardia urbano y un cartero que pasaban por allí...
Y tuvieron que darle un paquete entero de "aerored" para se aliviase porque se estaba hinchando tanto que ya se elevaba del suelo como un globo. Y cuando empezó a hacer efecto el aerored hubo que desalojar el parque por bombardeos pesados de OTSI (objetos todavia sin identificar).

Así, entre gas y gas, los curiosos que allí se habían agrupado la vieron alejándose hasta hacerse un puntito diminuto en el cielo.
Y a dia de hoy todavía sale alguna noticia en internet de bombardeos de OTSI en los parques de indonesia...

martes, 5 de abril de 2011

BOLA

   Existe una princesa de los sueños y el recuerdo que corre libre por la imaginación de todos aquellos que queremos verla, disfruta saltando por los prados, playas y matos de la arena, juega con los animalitos que se encuentra y, siempre pendiente de todo lo que ocurre alrededor suya, no duda en volver al ser requerida.
   Eso sí, hay algo que la pierde con locura, un trocito que queso. a menudo creo que tenga algo de ratón, quizas por esas orejotas, quizas por el continuo olfatear, ¿o será su pelo de color grisaceo?
  Lo cierto es que, dotada de un caracter casi humano debido al mucho tiempo que pasa con ellos, moldea tu comportamiento y lo hace más humano, y a la vez, misteriosamente, lo hace algo más perruno, más instantaneo, impulsivo e imprevisible, como sus ladridos.
   Es en la fuerza de su juego donde yo más aprendo, donde me invita a divertirme y, sobre todo a disfrutar de la naturaleza, de los días de sol, y de la vuelta a casa totalmente empapados los días de lluvia, ahí,una vez secos, trata de enseñarme a doblar las toallas y los calcetines.


  ¡Algún día volveremos a correr juntos, vieja amiga!
  Hasta entonces, cuidaté mucho y guardanos unos trocitos de queso.